lunes, 6 de octubre de 2008

VIAJE A GRECIA: 21 DE SEPTIEMBRE DE 2008

Nos levantamos pronto ya que el día iba a ser largo, para hoy teníamos previsto la visita a la Acrópolis y al Museo arqueológico Nacional.
Lo primero, viajar en Metro, creo que nos costaba 0,80€ el viaje. Merece la pena viajar en el metro de atenas, por dos motivos, el importante y el anecdótico. El importante es que se pueden visitar los pequeños museos que se instalaron en los vestíbulos de las estaciones, que contienen parte de los restos arqueológicos encontrados durante las obras. Estos museos no se encuentran en todas las estaciones, pero si en las céntricas. El motivo anecdótico es lo límpio y cuidado que tiene los atenienses su metro y es que les costó tanto tenerlo que lo miman, y aunque no es tan espectacular como otros suburbanos no encontrarás en el ni pintadas ni rayajos en los cristales ni basura en el suelo. Nos bajamos en la estación de Acrópolis y visitamos el Teatro de Dionisios y de Herodes Ático, luego subumos a la acópolis visitando el Partenón, el Erecteón, con su magnífico pórtico de las Cariátides y nos regocijamos con las impresionantes vistas de Atenas que ofrece la altura de la colina que acoje el conjunto histórico. De ahí pasamos a visitar el Ágora, pasando por el museo situado en la Estoa de Átalo, donde encontramos piezas muy curiosas. Por último una visita al Hefeteón, que es el mejor conservado del lugar.
Algo agotados de la visita decidimos irnos a comer a Monasteraki, a una terraza donde no faltó lo de siempre, ensalada griega con su queso feta, Musaka, Souvlákia y Dolmades (hoja de parra envolviendo arróz y carne), regado con abundante vino blanco. Tras terminar la comida y con nuestra compañera de viaje Chanclas, lesionada del tobillo (ya la vale, viajar con zapato tan adecuado para caminar) nos encaminamos al museo arqueológico Nacional, donde encontramos todo lo que no ha sido expoliado por los británicos, franceses y alemanes, que no es poco, y que deja maravillado. Entre las estatuas que siempre me han apasionado, recomiendo la de Poseidón, Antinou o Afrodita y Pan, así como la del Caballo con el pequeño jinete. Acabamos visitando el Tesoro de Atreo, con la mal llamada máscara de Agamenón.
Como buenos españoles, nos echaron del museo a las 7, siempre a última hora y nada camino al Hotel, a ver si la Chanclas descansaba hasta la cena. Despues paseito por Plaka hasta encontrar un restaurante donde nos diesen de comer. El elegido era para típicos turistas, pero como tenía terraza con vistas a la acrópolis, iluminada por la noche, no convencíó, aunque empezó a llover y acabamos comiendo con orquesta griega incluida, algo molesto, pero satisfechos. Vuelta al hotel que al día siguiente tocaba viajar al Peloponeso...en coche!!!!!!!!



Teatro de Dionisios


Teatro de Heródes Ático


El Partenón, o lo que queda de él.

El Erecteón

















3 comentarios:

Kiva dijo...

Pedazo de viaje, me alegra que lo pasarais tan bien.
Y haber cuando pones una foto de los que hicisteis el viajecillo eh??

besicos.

Anónimo dijo...

que bonita! que casualidad, ahora yo en el cole estoy estudiando el Erecteón en historia del Arte.
solo me pasaba, ya que acabo de empezar con el blog, te pongo en mi pagina vale? haz tu lo mismo si quieres. un besito

abelmakesrock dijo...

Semos unos ctacks. No hay ningún lugar que se nos resista…

Habrá que repetir, ¿no?

Ya te contaré la del otro día. Por qué no pude ir…

Abrazos!!!!!